y una vez allí me besases la frente y los ojos
y me devorases entre los jadeos y sudores
que hoy tan solo puedo robarte en mi recuerdo
mientras espero
paciente
un nuevo encuentro
volviéndome loca al imaginar
que es otro cuerpo el que te siente
otra saliva la que alivia tu sed.
Cierro los ojos, abrigo mi alma, calmo mi latir
y sonrío
sabiendo que a pesar de todo
esta madrugada volverás a necesitarme.